martes, 25 de enero de 2011

HENRY SIDGWICK

Henry Sidgwick fue un eminente filósofo, nacido en Inglaterra durante el siglo XIX, influyendo mucho sobre la ética y la política anglo-americana de esta época. Entre sus actividades intelectuales, Sidgwick fue epistemology, un economista, humanista, teórico político, historiador de la política, parapsicólogo y un teórico de la educación y de la pedagogía.

Nacido el 31 de mayo de 1838 y fallecido el 28 de agosto de 1900 vivió así toda su vida bajo el reinado(reino) de Reina Victoria, que comenzó en 1837 y se terminó a la muerte de ésta, en 1901. En octubre de 1855, Henry Sidgwick dejó la morada familiar para la misma universidad que aquella en la que su padre estudió, la de Cambridge; residió allí hasta su muerte en 1900. En 1876, se casó con Eleanor Mildred Balfour, la hermana de uno de sus antiguos estudiantes, Arthur James Balfour, sobrino de Lord Salisbury. Al final de una carrera brillante de estudiante en matemáticas y ciencias humanas, Sidgwick se hizo en 1859 con el cargo de Profesor en Trinity College of Cambridge, una rama de la Universidad de Cambridge. Fue tanbien miembro, durante da vida de estudiante, del círculo muy cerrado por la sociedad secreta: Cambridge Apostles. Conservó este puesto hasta 1869, data al cual dimitió debido a la ley que exigía someterse a los Treinta y nueve Artículos de la Iglesia de Inglaterra, que no podía honestamente respetar, no fiándose fuertemente de sus convicciones religiosas. Mientras la legislación relativa a los Profesores quedó así, fue afectado a un puesto que no respondía a esta limitación religiosa. Cuando en 1885, esta regla fue revocada, Henry Sidgwick encontró(recobró) su puesto de Profesor. En 1883, fue elegido al Púlpito Knightbridge de Profesor de Filosofía Moral. Henry Sidgwick fundó en 1871 una de las primeras Universidades para mujeres de Inglaterra, la Universidad de Newnham Cambridge en la cual dio a su persona, inviste(invierte) mucho dinero(plata) y esfuerzos. En 1882, creó la Asociación para la búsqueda(investigación) psíquica Society fuero Psychical research con Edmund Gurney (1847-1888), psicólogo inglés y Profesor en Cambridge, Frederic William Henry Myers (1843-1901), poeta y escritor inglés, Conferenciante en Letras Clásicas en Trinity College, William Fletcher Barrett (1844-1925), Profesor inglés de Física(Físico) en la Universidad de Dublín, y Edmund Dawson Rogers (1823-1910), periodista inglés. (Hortense Geninet: Politiques Comparées, Henry Sidgwick et la politique moderne dans les Eléments Politiques, 2009)

"El libro de Henry Sidgwick, Methods of Ethics, se precavía en 1874, un año después la muerte de John Stuart Mill, y representa el esfuerzo más profundo y sistemático para analizar las dificultades de Mill y de superarlos con el fin de alcanzar(llegar) una versión filosóficamente satisfactoria del utilitarismo clásico. Es un libro que tuvo una influencia muy grande en el siglo XIX y que continúa ejerciendo uno en nuestra época, en particular con John Rawls cuya equidad los diseños(concepciones) de la justicia como, o fairness, de la intuición moral y del método del equilibrio reflexiona son muy próximo de Sidgwick. Le debemos varias anticipaciones de las cuestiones de la filosofía moral contemporánea, entre otras cosas, la diferencia entre la utilidad "media" y la utilidad total, la noción de popularización óptima, de la importancia de estas reglas y de los problemas de la acción colectiva. Menos innovador y elocuente que Mill, pero filosóficamente más riguroso y más profundo, consigue emancipar la ética de la psicología y hacerlo una disciplina propiamente autónoma.

Su mérito más grande es, sin duda, haber visto que el problema crucial y no resuelto en el utilitarismo es el de la obligación moral, del deber de sacrificar su felicidad personal al del número más grande. Hay en casa de Bentham como en casa de Mill un dilema no resuelto entre lo que Sidgwick llama " el hedonismo universalista " que conduce al sacrificio de sí con buen fin del conjunto, y el hedonismo psicológico " o egoísta que crece a buscar(investigar) ante todo su propia felicidad. Los dos son hechos compatibles por las "sanciones" de la conciencia, de la sociedad, etc., por las costumbres nacidas de la educación, pero ni Bentham ni Mill se explican en qué queda de eso una obligación que ataría(vincularía) todos los seres racionales. No es tanto la debilidad de sus bases epistemológicas y el valor de la "prueba", que puede oponer al intuitionnisme que preocupan pues a Sidgwick en el utilitarismo que la imposibilidad lógica de deducir la búsqueda(investigación) individual de la felicidad la necesidad de maximizar la felicidad de otros, hasta el punto de deber sacrificar a eso suyo limpio. ¿ Es pues allí una actitud racional, se pregunta Sidgwick? (…) La cuestión que preocupa a Sidgwick y que anticipa en la filosofía moral del siglo XX es la de la justificación de la obligación, y no la del origen de los sentimientos morales, distingue vigorosamente la ética (…) De la psicología. Su ambición es la de una ética verdaderamente filosófica cuyos primeros principios serían unas "axiomas" que responderían a criterios rigurosos." (ver: C. Audard: Anthologie historique et critique de l'utilitarisme, t.2, Presses Universitaires de France, 1999)

Extraídos de The Methods of Ethics:

By Utilitarianism is here meant the ethical theory, that the conduct which, under any given circumstances, is objectively right, is that which will produce the greatest amount of happiness on the whole; that is, taking into account all whose happiness is affected by the conduct. It would tend to clearness if we might call this principle, and the method based upon it, by some such name as "Universalistic Hedonism": and I have therefore sometimes ventured to use this term, in spite of its cumbrousness.

El utilitarismo es considerado aquí, como teoría ética, según la cual nuestra conducta(conducto), en toda circunstancia, es objetivamente justa, es decir que producirá, sobre el conjunto (o todo), la cantidad más grande de felicidad. Es decir de tomar en consideración totalmente cuya felicidad es afectada por dicha conducida. Esto nos alumbraría si llamábamos este principio y el método sobre el cual sería fundado, el principio de " Hedonismo universal ". Pues me corrí peligro de utilizar este término(plazo) a pesar de su aspecto pesado. (…)

Assuming, then, that the average happiness of human beings is a positive quantity, it seems clear that, supposing the average happiness enjoyed remains undiminished, Utilitarianism directs us to make the number enjoying it as great as possible. But if we foresee as possible that an increase in numbers will be accompanied by a decrease in average happiness or vice versa, a point arises which has not only never been formally noticed but which seems to have been substantially overlooked by many Utilitarians.

Supongamos entonces, que la felicidad media de los seres humanos sea una cantidad positiva. Parece claro, que si se supone que esta felicidad media no disminuye, entonces el Utilitarismo nos empuja a aumentar, en la medida de lo posible, al número de personas que goza de esta felicidad. Pero, si es posible prever que un aumento del número (de persona feliz) sea acompañado por una disminución de (la cantidad) media de felicidad, o vice-versa, surge entonces un problema que jamás ha sido levantado(indignado) y que parece haber sido olvidado por muchos utilitaristas.

For if we take Utilitarianism to prescribe, as the ultimate end of action, happiness on the whole, and not any individual's happiness, unless considered as an element of the whole, it would follow that, if the additional population enjoy on the whole positive happiness, we ought to weight the amount of happiness gained by the extra number against the amount of happiness lost by the remainder. So that, strictly conceived, the point up to which, on Utilitarian principles, population ought to be encouraged to increase, is not that at which average happiness is the greatest possible (…) but that at which the product formed by multiplying the number of persons living into the amount of average happiness reaches its maximum.

Si se dice que para el Utilitarismo el fin de toda acción es la felicidad de todo y no la felicidad de un solo individuo, salvo si está considerado como un elemento de todo, resulta que si la población suplementaria goza del conjunto de la felicidad positiva, debemos entonces calcular la cantidad de felicidad ganada por el número (de personas) suplementaria con relación a la cantidad de felicidad que pierde el resto (de la población). Esto nos permitirá concebir en cuales límites, según los principios utilitaristas, podemos animar el aumento de la población. No se trata de calcular la mejor felicidad media posible, (…) Pero de calcular en cual momento al número de personas que vive en esta felicidad media alcanzada el máximo.
(…)

Utilitarian formula seem to supply no answer to this question: at least we have to supplement the principle of seeking the greatest happiness on the whole by some principle of Just or Right distribution of this happiness. The principle which most Utilitarians have either tacitly or expressly adopted is that of pure equality – as given in Bentham's formula, "everybody to count for one, and nobody for more than one." And this principle seems the only one which does not need a special justification; for as we saw, it must be reasonable to treat any one man in the same way than any other, if there be no reason apparent for treating him differently. (Book IV, c. I)

La doctrina utilitarista no parece tener de solución al problema siguiente: hay que por lo menos aumentar a principios de búsqueda(investigación) de la felicidad más grande, un principio de justo y la distribución legítima de esta felicidad. El principio que la inmensa mayoría de los Utilitaristas adoptaron tácitamente o expresamente es la de la igualdad pura - como en la fórmula de Bentham: " cada uno cuenta para uno y nadie cuenta para más sólo uno. " Este principio parece ser el único que no necesite una justificación especial porque, como le vimos, debe ser razonable de tratar a todo hombre del mismo modo, si no hay razón aparente para tratarlo de otro modo. (Book IV, c. I)

If we consider the relation of Ethics to Politics from a Utilitarian point of view, the question, what rules of conduct for the governed should be fixed by legislators and applied by judges, will be determined by the same kind of forecast of consequences as will be used in setting all questions of private morality: we shall endeavour to estimate and balance against each other the effects of such rules on the general happiness. In so far, however, as we divide the Utilitarian theory of private conduct from that of legislation, and ask which is prior, the answer would seem to be different in respect of different parts of the legal code. (Book IV, c. III)

Si consideramos la relación entre la ética a la política, de un punto de vista de Utilitarista, la cuestión: " ¿ cuáles normas de conducta para los gobernados deberían ser elaboradas por legisladores y aplicadas por jueces? ", será determinado por la misma reflexión sobre la previsión de las consecuencias utilizada en todas las cuestiones de moralidad privada. Ensayaríamos, confrontándolos entre ellos, los efectos de tales reglas sobre la felicidad general. En la medida en que separamos la teoría utilitarista de la conducta de la de la legislación, y preguntamos quién premia(sobresale,supera), la respuesta sería diferente según las diferentes partesdel código jurídico. (Book IV, c. III)

The question whether all desire has in some degree the quality of pain, is one of psychological rather than ethical interest; so long as it is admitted that it is often not painful in any degree comparable to its intensity as desire, so that its volitional impulse cannot be explained as a case of aversion to its own painfulness. (…) the conscious active impulses are so far from being always directed towards the attainment of pleasure or avoidance of pain for ourselves, that we can find everywhere in consciousness extra-regarding impulses, directed towards something that is not pleasure, nor relief from pain; and, indeed, a most important part of our pleasure depends upon the existence of such impulses: while on the other hand they are in many cases so far incompatible with the desire with our own pleasure that the two kinds of impulse do not easily coexist in the same moment of consciousness ; and more occasionally (but by no means really)the two come into irreconcilable conflict, and prompt to opposite courses of action. And this incompatibility (though it is important to notice it in other instances) is no doubt specially prominent in the case of the impulse towards the end which most markedly competes in ethical controversy with pleasure: the love of virtue for its own sake, or desire to do what is right as such. (Book I, c. IV)

La cuestión según la cual todo deseo puede ser cualificado, en cierta medida, de dolor, es de orden psicológica más bien que ética; mientras está admitido que esto es, a menudo, no por muy doloroso, en toda comparación, a su intensidad como desea, de tal modo que su impulsión voluntaria pueda ser explicada sólo como siendo una aversión de su propio dolor. (…) Las impulsiones activas conscientes son tanto alejadas de la realización del placer o de evitar el dolor, que podemos encontrar por todas partes en la conciencia de las impulsiones suplementarias dirigidas hacia algo que no sea el placer ni el alivio del dolor. Así, de una parte, la parte(partida) más grande de nuestro placer depende de la existencia de estas impulsiones, mientras que, por otra parte, son a menudo incompatibles con deseo de nuestro propio placer y mientras que estos dos tipos de impulsiones coexisten difícilmente en el mismo momento de conciencia. Y, ocasionalmente (pero probablemente jamás) ambas (pulsions) llega a un conflicto irreconciliable y actúan de manera opuesta. Esta incompatibilidad (que que sea importante de observarlo en otros casos), está particularmente presente en las impulsiones cuyo fin compite, en el debate ético, con placer: tal como el amor de la virtud para la virtud misma y el deseo de hacer lo que es justo. (Book I, c. IV)


Adriana Trujillo

CI:17863740

CRF

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