martes, 25 de enero de 2011

JUAN DE SALISBURY





Filósofo escolástico Inglés, b. Salisbury. Estudió en Francia, en París y Chartres, en virtud de Abelardo y otros maestros famosos. Fue secretario de Teobaldo, arzobispo de Canterbury, y el amigo y secretario de Santo Tomás Becket, de quien escribió una biografía. Desde 1176 hasta 1180, John fue obispo de Chartres. Sus dos principales obras son los Polycraticus, un tratado sobre los principios del gobierno, y el Metalogicus, que presenta un panorama de la vida intelectual y las controversias de la edad escolar. Él estaba muy familiarizado con los clásicos latinos y la influencia del platonismo en su escritura es considerable. Fue uno de los creadores de moderado realismo como una solución a la controversia con el nominalismo.

Vida.
Era de humilde origen sajón pero en 1136 dejó su país natal para estudiar en Francia, sobre todo en París. Entre sus maestros estuvieron el famoso Abelardo, Roberto de Melun y Alberico de Reims. Tras estudiar dialéctica en París durante dos años fue a Chartres, donde durante tres años asistió a las clases de William de Conches, estudiando posteriormente bajo Ricardo l'Évèque, Hardewin el Alemán, Teodorico, Pedro Elías y otros. Regresó a París y comenzó a estudiar teología, siendo sus maestros Gilberto de la Porrée, Roberto Pulleyne y Simón de Poissy. A pesar de su pobreza estuvo doce años en Francia, pasando la última parte de ese periodo con su íntimo

amigo Pedro, abad del monasterio cisterciense de Moutier la Celle cerca de Troyes, por quien conoció a Bernardo de Clairvaux. Ellos pusieron en contacto a Juan con Teobaldo, arzobispo de Canterbury, que había escapado de Inglaterra huyendo de Esteban. Cuando el arzobispo pudo regresar a su sede, Juan fue invitado en 1148 o principios de 1149 a que fuera canciller o secretario. Fue un firme defensor de la supremacía espiritual y secular del papa y de la independencia del clero, contemplando esos principios como medios de proteger a la humanidad contra la injusticia del brazo secular y las consecuencias del pecado. Quiso practicar su doctrina en la vida eclesiástica cotidiana, aunque sus ideas de que solo la jerarquía católica romana podía desplegar las bendiciones del cristianismo provocaron la oposición de la corte y de los obispos, viéndose estos últimos como colegas más que súbditos de un lejano papa. El declive por la edad y las enfermedades del arzobispo añadieron más responsabilidades eclesiásticas sobre Juan, a la vez que pudo prestar muchos servicios políticos importantes a Enrique II tras la muerte de Esteban en 1154. Enviado a repetidas misiones, tanto por el prelado como por el rey, cruzó los Alpes diez veces, según su propia declaración, visitando la curia durante el reinado del papa Eugenio III y viviendo durante tres meses en Benevento con Adriano IV, con quien le unía una estrecha amistad. Sin embargo, su posición se hizo difícil tras la muerte de Adriano en 1159, cuando se puso del lado de Alejandro III contra el antipapa Víctor IV. Procuró el reconocimiento de Alejandro en Inglaterra, pero entró en conflicto con el rey y los obispos que estaban unidos y le veían a él como exponente de la jerarquía católica. Fue privado de sus dignidades y emolumentos, corriendo peligro incluso su vida, contemplando la posibilidad de escapar de Inglaterra, pero fue rehabilitado a petición del papa, el arzobispo y Thomas Becket. Su poder alcanzó su cima cuando éste, amigos personal suyo, sucedió a Teobaldo como arzobispo de Canterbury. En la batalla entre el arzobispo y el rey, Juan permaneció fiel a su amigo, a quien precedió al exilio en 1163. Cuando una paz nominal se fraguó entre el arzobispo y el rey en 1179, Juan pudo regresar a Inglaterra y auque no estuvo presente en el momento del crimen del arzobispo, se apresuró a recoger algo de la sangre del mártir como reliquia. Siguió un tiempo de peligro, hasta que la influencia papal y la opinión popular obligaron al rey a cambiar su curso. Juan, que había huido de Canterbury, recibió de nuevo sus dignidades y cooperó celosamente con Ricardo de Dover, sucesor de Thomas. Igualmente fue activo en la canonización del prelado asesinado. En 1176 fue unánimemente escogido obispo de Chartres, siendo consagrado en agosto del mismo año. Sin embargo, allí se vio obligado a pelear contra toda forma de oposición, aunque disfrutó del apoyo del papa y en 1179 asistió al tercer concilio de Letrán, donde pronunció un solemne aviso contra las innovaciones injustificables, exhortando al clero a conformarse al evangelio.

Escritos.
La obra más completa e importante de Juan de Salisbury fue su Policraticus rive de nugis curalium et vestigiis philosophorum,, escrita en 1159 y dedicada a Thomas Becket. Es un sistema de economía política y eclesiástica y ética basada en el cristianismo y la sabiduría de los antiguos y diseñada para dirigir desde la trivialidad de la vida secular y de la corte a un verdadero conocimiento y gobierno del mundo. En su libro el autor, de su rica experiencia, traza un cuadro de la vida actual e ideal de la verdadera vivencia cristiana, en la que la Iglesia gobernará y guiará a toda la humanidad como guardián y representante de la ley divina y la verdadera justicia humana. El Policraticus, la primera gran teoría del Estado en la Edad Media, ejerció influencia sobre Tomás de Aquino y Vicente de Beauvais. Parece que fue editada primero por los Hermanos de la Vida Común en Bruselas hacia 1480. El siguiente pasaje es de esa obra:

'No hay diferencia entre que un soldado milite a las órdenes de un creyente o de un infiel, mientras sirva sin violar su propia fe. Porque se lee que hubo creyentes que sirvieron como soldados a Diocleciano o a Juliano y a otros jefes impíos y les prestaron lealtad y reverencia como a príncipes comprometidos en la defensa del bien común. Lucharon contra los enemigos del Imperio, pero guardaron los mandamientos de Dios; y cuando alguna vez se vieron obligados a desobedecer a la ley prefirieron a Dios antes que a los hombres. «Los príncipes se sentaron y los acusaron», pero ellos se mantenían en la salvación de Dios hablando con firmeza y cumpliendo sus mandamientos sin confusión y con toda fe. También se cuenta que David militó para Aquis cumpliendo con fidelidad y reverencia de soldado.

Ésta es la regla que debe prescribirse a toda milicia: que primero debe cumplirse sin mancha con la fidelidad debida a Dios, y luego con la debida al príncipe y a la comunidad. Y siempre las cosas mayores habrán de tener preferencia sobre las menores, porque la fidelidad al príncipe y a la comunidad política no han de mantenerse contra Dios, sino según Dios, como consta expresamente en el juramento de fidelidad.

Por eso me admiro mucho de que algún príncipe pueda confiar en aquellos que, aun obligados por el juramento militar (por no hablar de otras cosas), no guardan fidelidad a Dios. ¿Qué enfermedad mental padece quien piensa que le habrá de ser fiel aquel al que ve corrompido y pérfido contra el ser a quien más debe? ¡Ah, pero es que al príncipe le teme! Claro, y«si viene otro más fuerte» le temerá más. Es que quizá ama al príncipe [...] pero más amará a otro que se presente más benévolo y generoso. No hay lugar donde no se vuelva el impío que prefiere el hombre a Dios; y no guardará la segunda fidelidad el que no mantuvo la primera.'

Inmediatamente tras el Policraticus Juan escribió el Metalogicux, que puede ser contemplado como su continuación, dedicándolo también a Thomas Becket. Esta obra, que está en cuatro libros y que fue editada primero en París en 1610 es una presentación de la verdadera y falsa ciencia, en la que el autor no solo desprecia la ciencia, especialmente la lógica, sino también el escolasticismo falso y sofista. Esas aberraciones de sus contemporáneos fueron comparadas con las sólidas ideas de Platón y de la Academia y sobre todo con las de Aristóteles, cuyo Organon Juan de Salisbury fue el primero en Europa occidental en conocer y usar. Su primera obra fue Entheticus (Eutheticus, Nutheticus), sive de dogmate philosophorum, escrita hacia 1155 y consistiendo de un poema satírico y filosófico en 926 dísticos, dedicado a Thomas Becket. La primera parte contiene una presentación satírica de los conceptos básicos de los filósofos griegos y romanos, desfavorablemente contrastados con la más elevada verdad del cristianismo. La segunda parte exhorta a Thomas a considerar la situación de la amenazada y afligida Iglesia y describe la lamentable condición de Inglaterra. El poema existe solo en dos manuscritos y fue editado primero por C. Peterson en Hamburgo en 1843. Juan fue también el autor de una Historia pontificalis, que abarca los años 1148-52 y escrita hacia 1165 como suplemento a la crónica de Sigiberto y sus inmediatos sucesores. El fragmento comienza con el concilio de Reims, al que Juan asistió, y acaba abruptamente en mitad de una sentencia discutiendo los sucesos de 1152.

Las obras menores de Juan de Salisbury fueron su Vita Sancti Anselmi, escrita en 1163 como suplemento a la más larga biografía de Eadmer sobre Anselmo y pensada como una ayuda en su proyectada canonización en el concilio de Tours y su Vita et passio Sancti Thomae, compuesta poco después de 1170 en pro de la canonización de Thomas Becket. Sus cartas, coleccionadas por él en cuatro libros, son de gran importancia tanto para su biografía como para la historia eclesiástica de su tiempo, ya que fueron dirigidas a papas (Adriano y Alejandro III), a príncipes y a muchos magnates eclesiásticos y seculares. La primera edición de J. Masson (París, 1611) contenía solo 302 cartas, pero se han descubierto otras. Algunos títulos parecen referirse a tratados ahora perdidos, mientras que otros pueden representar capítulos individuales de Policraticus. Una edición completa de las obras de Juan de Salisbury, no sin defectos, fue publicada por J. A. Giles (5 vols. PEA, Oxford, 1848) y reimpresa en MPL, xcix.


Adriana Trujillo
C:17863740
CRF

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