domingo, 28 de noviembre de 2010

HISTORIA DE LA FILOSOFÍA. EL EMPIRISMO INGLÉS

El Empirismo es la segunda gran corriente filosófica de la modernidad. Se desarrolla a lo largo de los siglos XVII y XVIII en las Islas Británicas. Los principales representantes de este movimiento filosófico son John Locke, George Berkeley y David Hume. También hay que destacar, en el ámbito del pensamiento científico a la figura de Isaac Newton. Empirista es, en general, toda filosofía según la cuel el origen y valor de nuestros conocimientos depende de la experiencia, en este sentido, podemos descubrir actitudes empiristas ya en la antigüedad filosófica, pero este tema se refiere al Empirismo como una corriente de pensamiento que nace en Inglaterra, en el siglo XVII, para oponerse al Racionalismo continental. El Empirismo inglés, que es también la primera manifestación del pensamiento político ilustrado, no nace por casualidad en las Islas Británicas, ya desde el siglo XIV la filosofía británica se había caracterizado
por una desconfianza hacia la especulación puramente abstracta y un interés por el dato empírico, encontramos antecedentes históricos de esta corriente en la filosofía de los intelectuales de Oxford, en el siglo XIV y en la figura del filósofo renacentista Roger Bacon.
El primer gran filósofo empirista es J. Locke, quien, en su obra "Ensayo sobre el entendimiento humano", se propone hacer una revisión de los métodos de investigación científica tradicionales, y lanza un ataque frontal al pensamiento Racionalista. En primer lugar Locke niega la existencia de ideas innatas, porque si existieran, argumenta, nadie las podría ignorar, estarían en la mente de todos los hombres, pero no ocurre así, nadie, al nacer, tiene esas ideas o principios. Hay que mantener, mas bien, que la mente es una hoja en blanco, vacía de contenidos, que se va llenando de ideas, procedentes de experiencias sensibles. Por lo tanto, según Locke, los
conocimientos proceden de la experiencia y la mente tiene como misión relacionar experiencia para formar ideas generales. En segundo lugar Locke defiende que "nada hay en nuestro conocimiento que no haya estado antes en los sentidos". Según el Racionalismo, nosotros podemos deducir todos los conocimientos sin recurrir a la sensibilidad, a partir de una serie de ideas innatas que nuestra razón posee. Como Locke no cree en la existencia de ideas innatas, piensa que todo lo que conocemos procede de la experiencia sensible. De esta idea básica, se deduce el criterio empirista de certeza, podemos estar seguros de la verdad de una idea cuando reconocemos en ella un origen sensible. Por otra parte, no podemos conocer nada que no tenga un origen sensible: la experiencia sensible es el origen y también el límite de nuestros conocimientos.
Todo conocimiento es conocimiento de ideas, en esta afirmación coinciden Racionalismo y Empirismo. Se ha superado el Realismo de Aristóteles, no conocemos directamente la realidad, sino nuestras ideas sobre la realidad, nuestra representación mental de las cosas. Pero ¿de dónde proceden estas ideas?, para los Racionalistas, las ideas verdaderas proceden de la Razón, mientras que para los Empiristas éstas proceden de la experiencia sensible.
A partir de las ideas innatas, los Racionalistas deducen el conjunto de todos los conocimientos, los Empiristas defienden que la Razón, a partir de los datos particulares obtenidos por los sentidos, es capaz de formar ideas generales.
Así que, en definitiva, nos encontramos ante dos concepciones opuestas de la naturaleza y el modo de proceder de la Razón humana: ésta es deductiva y parte de principios innatos, absolutamente generales (Racionalismo), o bien es Inductiva, parte de datos concretos y tiene una finalidad práctica (Empirismo).

Origen y modos del conocimiento:
J. Locke dedica una buena parte de su "Ensayo..." a examinar el modo en que nuestros conocimientos se generan a partir de la experiencia. Del mismo modo que Descartes, Locke analiza el conocimiento, descomponiéndolo en ideas cada vez mas simples, hasta llegar a las mas
simples; un olor, un color... que proceden directamente de la experiencia. La mente asocia estas ideas simples y forma ideas complejas. Todos los conocimientos que poseemos son bien ideas simples, que proceden de la experiencia sensible, bien ideas complejas, formadas por la combinación de ideas simples.
David Hume, en su obra "Tratado sobre la naturaleza humana, desarrolla una filosofía empirista radical. Critica la noción de "idea" que utiliza LocKe en el "Ensayo..." y le acusa de mantener influencias racionalistas. Hume piensa que no podemos aplicar el término "idea" para designar todos nuestros conocimientos, tal como lo hacían los Racionalistas, él reservó la palabra "idea" para designar solo a ciertos contenidos del conocimiento.
Para Hume el origen de todos los conocimientos son las "Impresiones", que son el producto del trabajo de los sentidos. Las impresiones son inmediatas, directas actuales, claras y evidentes. Las "ideas" o pensamientos, son copias de las impresiones, por lo tanto proceden de ellas, son, en consecuencia, menos vivas y mas débiles, todas las ideas verdaderas proceden de las impresiones, son imágenes o representaciones suyas. A partir de esta distinción, Hume establece un criterio de certeza: una idea debe proceder de una impresión, de lo contrario, carece de valor para el conocimiento.
Hume introduce una importante clasificación relativa a los modos de conocimiento, de acuerdo a esta distinción nuestro conocimiento es de dos tipos:
a. Conocimiento de hechos: procede directamente de la experiencia sensible, es decir, de nuestras impresiones. La idea "las nubes son blancas", pertenece a este tipo de conocimientos. Estas ideas se expresan en proposiciones que son sintéticas –el predicado dice algo distinto a la idea expresada en el sujeto y contingentes: pueden darse o no darse.
b. Conocimiento de relaciones existente entre ideas: es un conocimiento referido a ciertas ideas muy generales y abstractas, por ejemplo la idea "el todo es mayor que la parte", pertenecería a este tipo de conocimiento, no se trata de un conocimiento de hechos concretos, sino a la relación que existe entre las ideas de "todo" y "parte". Aunque estas ideas provengan (como todas) en último término de la experiencia, la relación entre ambas es independiente de los hechos. A este tipo de conocimientos pertenecen la lógica y las matemáticas, y sus ideas se expresan en proposiciones analíticas –el predicado está comprendido en el sujeto- y necesarias –no pueden no darse-, por lo tanto son siempre verdaderas. En base a esta distinción Hume establece un criterio de certeza mas preciso que el de Locke: una idea es verdadera si procede de alguna impresión, o bien si expresa un conocimiento de relaciones de ideas (porque es necesaria).

Crítica a las ideas de substancia y causa.

Al rechazar la existencia de ideas innatas, J. Locke había atacado los cimientos de la filosofía racionalista. Pero las críticas empiristas al Racionalismo no se detuvieron en el ataque a este presupuesto básico, como un castillo de naipes, al derribar los principios del Racionalismo, todo
el edificio se desmor ona. Sabemos que Descartes concluyó la existencia de tres realidades o "sustancias", a partir de la sus supuestos innatistas. Sin embargo Locke se pregunta por la naturaleza de la idea misma de "sustancia", esta es una idea compleja, pero ¿de qué ideas simples
procede?, ¿tiene un origen sensible o no?.Tomemos un objeto cualquiera: una manzana. De ella percibimos un olor, un color, una textura, un sabor, una forma... ¿sabemos algo mas de la manzana aparte de las ideas simples que provienen de sus cualidades sensibles?.Nuestra mente organiza, unifica toda esa variedad de cualidades sensibles, atribuyéndolas a un soporte común, a una "sustancia". Así decimos que el olor es "de" la manzana, el sabor es "de" la manzana, etc...,
pero...¿percibimos este soporte o "sustancia"?,¿ no es más bien un modo en el que hemos organizado estas percepciones?, la conclusión de Locke es que no conocemos la "sustancia" y que esta idea no tiene un origen sensible. No conocemos, por tanto, el "ser" de las cosas, solo sus cualidades sensibles, los fenómenos (lo que se muestra o aparece) D. Hume es mas radical aún en su fenomenismo, y en el "Tratado sobre la naturaleza humana", tras dividir el conocimiento en impresiones e ideas que proceden de las impresiones, hace un examen crítico a la idea de "causa"
(no olvidemos que Descartes se había basado en esta idea para justificar la existencia de Dios y del mundo). Según Hume, en una relación causal, lo que percibimos es que a un acontecimiento A, al que llamamos "causa", le sigue un acontecimiento B, al que llamamos "efecto": el fuego es la causa del humo, de modo que la ocurrencia de A determina la ocurrencia de B. Sin embargo ¿existe alguna impresión de la que proceda la idea de causa?. Tenemos una impresión sensible del fenómeno A, y tenemos una impresión sensible del fenómeno B, pero no tenemos ninguna impresión sensible de la existencia de una conexión causal entre A y B, si acaso tenemos una impresión sensible de la sucesión temporal entre A y B, pero no de que la ocurrencia de A haya determinado la ocurrencia de B. En otras palabras: percibimos el fuego y percibimos el humo, y también percibimos que al aparecer el fuego aparece el humo, pero no percibimos que el fuego produzca al humo. Luego, si la idea de "causa" no procede de ninguna impresión sensible, ¿cuál es su origen?. Según Hume, la idea de causa tiene un origen psicológico, es nuestra mente la que genera esta idea a partir de la costumbre o el hábito. Nos acostumbramos a percibir que a un fenómeno A le sigue otro B, y de ahí surge en nosotros la creencia de que siempre que aparece A va a aparecer B, la creencia de que A es la causa de B. La idea de causalidad no es, en definitiva, un conocimiento, porque no tiene un origen sensible, sino una creencia. Esta creencia nos es sumamente útil en nuestra vida cotidiana, ya que nos permite anticipar y prever acontecimientos (si vemos nubarrones en el cielo, saldremos a la calle con paraguas, porque esperamos que llueva), y también para la ciencia, que establece relaciones causales para explicar el funcionamiento de la naturaleza. Pero el uso que los filósofos racionalistas han hecho de la idea de "causa" para deducir la existencia de entidades de la que no tenemos ninguna experiencia (por ejemplo "Dios" o el "mundo"), es absolutamente ilegítimo. Como vemos, el Empirismo radical de D. Hume, nos conduce a una situación desconcertante: solo podemos conocer impresiones aisladas, las experiencias se asocian entre sí sin que podamos saber muy bien como, las ideas de "sustancia" o "causa" no son conocimientos. Las leyes científicas, que establecen relaciones causales entre los fenómenos, no tienen un fundamento claro, no son verdaderas ni falsas, son, simplemente útiles en la medida en que nos permiten predecir el funcionamiento de la naturaleza. Del fenomenismo de Hume se sigue un escepticismo radical, que I. Kant no estaba dispuesto a admitir.

Adriana Trujillo
CI: 17863740
CRF

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